FIN DE SEMANA EN CIUDAD

Lluvia y frío no fueron los mejores promotores de un fin de semana para el rugby y para las infantiles menos. El viernes empezó con la novedad de la suspensión del encuentro con Belgrano Day y siguió con la suspensión de la parrilla etc. etc.

Nos quedo un entrenamiento de premio consuelo, no muy concurrido, los pronosticadores nos vaticinaban el fin del la lluvia por la mañana, pero hubo incredulidad mayoritaria lo que provocó faltazo y remolonería generalizada.
Los estoicos que vinieron fueron recompensados con un entrenamiento rígido como el clima; los más chiquitos bajo techo en las canchitas de futbol cinco. Los más grandes en la cancha que todavía no mostraba los recuerdos que le iban a dejar los cuatro encuentros que se jugaron este fin de semana. La ventaja de esto fue mucho césped y poco barro. En Isef la cosa con los más más grandes fue perfecta, también poco barro y mucho pasto.
En fin húmedos quedaron todos, barro algunos, muchas madres quejándose por estado de la ropa; todo lo acostumbrado en los días lluviosos.
Hambrientos por la suspensión del Kiosco nos dispusimos a ver al plantel superior vs. Hurling.
15.30 puntuales, esta vez con una entrada distinta, quizás para probar cábalas nuevas, empezó el evento de fondo.
La suerte no le hizo caso a las nuevas cábalas y otra vez por poquito nos dejo calentitos para que se nos pasara el frío reinan te. Y bueno, será cuestión de seguir intentando con las cábalas porque en lo deportivo las derrotas no se condicen con el juego desplegado.
Fin de sábado y promesa de Domingo seco y frío.
Arrancamos con la M-15 que le regaló a la cancha que mostraba las marcas del sábado, una victoria con goleada.
Los muchachos acostumbran estos escores abultados y esta vez fue San José quien sufrió esa avalancha para adelante que en cada partido tratan de implementar y en muchos la cumplen.
La M-16 con fecha libre no pudo jugar tampoco su amistoso con San Pedro porque no pudieron viajar este fin de semana.
Fuera de casa la M-17 se quedo con la sangre en el ojo. Ahí, bien ajustadito, perdió de visitante con el Casi.
La M-19 con varios lesionados no pudo con St. Brendans.
Esto es y fue nuestro fin de semana. Con lluvia, con entrenamiento, con resultados diversos; con todo lo que se puede esperar de esta actividad. Es lo que tiene que ser, lo que planeamos lo que nos divierte y preparamos para nuestros hijos toda la semana. Pero la vida tiene cosas que desafían nuestra capacidad y nos para frente a tragedias inexplicables.
Tratar de poner en palabras lo que ocurrió en Cuba este fin de semana con Juan Cruz Migliore es minimizar la tragedia que viven y sufren sus familiares y amigos.
Todos los que tenemos hijos jugando a esto sentimos esa tragedia bastante próxima; buscamos razones, culpas y que alguien nos de las explicaciones y nos perjure que esto no puede volver a ocurrir. Qué estas tragedias nunca ocurren, no es consuelo ni tranquiliza. Qué nadie esta a salvo ni siquiera en su casa, tampoco.
Pocas son las certezas que tenemos y podemos transmitirles a quienes recién empiezan a traer sus hijos a este deporte o a quienes hoy les han surgido los temores propios de este accidente; son solo dos y muy humildes: la primera es que los hijos de todos los entrenadores, managers, miembros de capitanía y ayudantes están divirtiéndose y jugando al rugby en este club con sus hijos y por sobre todas las cosas, son amigos de sus hijos y tratamos de rodearlos a todos con la seguridad necesaria que como Padres anhelamos. La segunda es que desde el club y todos los organismos del rugby en nuestro país se hace todo lo posible y se norma para que estos accidentes no ocurran.
Pero contra esta realidad ningún argumento puede; estas poquitas dos certezas es lo máximo que podemos ofrecerles, es muy poco para sus temores y es todo lo humanamente posible que esta a nuestro alcance, para que no pase una tragedia así.
Que no tranquiliza nada de lo que escribamos, es correcto. Que muchas madres y padres se replanteen este deporte tampoco lo podemos evitar. Pero esto es en términos humanos, no les podemos dar más explicaciones de lo acontecido con Juan Cruz porque por más que la ciencia lo revele, nosotros también nos preguntamos, como todos, porque ocurrió.
Creímos que nuestro deber como coordinadores de infantiles de rugby es hablar de este tema y dar la cara por el deporte que tanto impulso tratamos de darle junto con a todo Munirugby. Callarnos sería minimizarlo y dar por sentando que nada puede ocurrir.
Nadie se prepara para una tragedia lo único que podemos hacer es perpararnos todos para tratar de evitarla. Es nuestro humano deber.
Dios acompañe a Juan Cruz Migliore y le brinde el consuelo necesario a sus Padres.

COORDINACIÓN DE INFANTILES

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